Por Hernán Vargascarreño
Desolación, culpabilidad, confusión, miedo son ingredientes básicos de esta novela corta que relata episodios de la vida de un hombre gay dentro de una sociedad tan cruel contra la diferencia como cualquiera de nuestras sociedades latinoamericanas. Pasajes que van desde la niñez hasta la adultez, dan cuenta de las relaciones míseras que se establecen entre los seres humanos, cuando alguien tiene que ocultar su identidad sexual y de paso buscar la felicidad en medio de una sociedad que no enseña a amar y que desde las mismas instituciones educativas y religiosas condenan cualquier asomo de libertad sexual.
Para lograrlo, la autora trastoca tiempos narrativos y espaciales, juega con diferentes narradores, salta entre los tiempos sin previo aviso, cambia de escenarios… técnicas conscientes que hacen de su lectura un ir y venir que de todas formas no desubica al lector, pues este viaje introspectivo por la desolación, fragmentado adrede, es el verdadero hilo que mantiene al lector atento a cualquier sobresalto narrativo, y que lo hace flotar inmune ante la capacidad introspectiva que la autora le imprime a su personaje y a quienes le ayudan a relatar los pasajes de su vida.
Juanantonio es una obra llena de amor propio y de valentía, extrañamente contada por una mujer con un conocimiento profundo y reflexivo, sobre la manera de pensar de un hombre homosexual que ha asumido su vida sin aspavientos, entre su gusto por la ciencia y el arte y el saberse señalado ante los demás como un pecado andante. Una obra llena de pequeños pasajes poéticos, atravesados por la belleza de quien ve a la vida como la gran y única obra de arte firmada por el dolor y el conocimiento que cada quien debe aportar para su contemplación total.