14 artistas colombianos en La Vache Bleue


 Afiche oficial de la muestra en Francia

En el templo del arte latinoamericano en París, la Vaca Azul, expondrán entre el 6 y el 16 de junio un grupo de reconocidos creadores reunidos en la muestra Colombia: catarsis de la violencia.En esta exhibición de obra gráfica, compuesta por aguafuertes, serigrafías y colografías que será posteriormente exhibida en el Consulado en París, participan los artistas:

Rosenell Baud, Nicolás De la Hoz, Eduardo Esparza, Fabiola Flórez Roncancio, Ángel Loochkartt, Germán Londoño, Fernando Maldonado, Octavio Mendoza, Adriana Patiño, Jairo Pinto, Augusto Rendón, Patricia Tavera, Sergio Trujillo Béjar y Armando Villegas.

La inauguración será a las 18 horas del jueves 6 de junio, en la sede de la Galería situada en 25 Quai de l’Oise. Entrada libre.

A continuación el texto liminar del hermoso catálogo y tres de las obras incluidas en la exposición parisina.

Armando Villegas: “El halconero”. Aguafuerte.

Colombia
Catarsis de la violencia

Por Gonzalo Márquez Cristo

Catorce de los más importantes artistas colombianos emprenden en el mágico establo parisino de la Vaca Azul, una lúcida faena con los recursos expresivos de la obra gráfica: estampando imaginerías, evocaciones y en varios casos sus improntas existenciales, en la humilde e incomparable hoja de papel.
Las destrezas artesanales que durante siglos han permitido este elemental sortilegio de la impresión a partir de unas dúctiles técnicas, que van de la xilografía (donde se utiliza una plancha de madera), a la serigrafía (trabajada en seda); de la litografía (donde la matriz es de piedra caliza), a las aguafuertes y punta secas (talladas generalmente sobre plancha de cobre); del linóleo (ejecutado sobre una superficie de aceite de lino solidificado) a la colografía (donde el artista incorpora una pasta de relieves sobre cartón); para mencionar tan sólo los artilugios más usuales, que desde hace dos milenios se fueron inventando y perfeccionando con el propósito de reproducir imágenes, alcanza su expresión cenital con la aparición de refinados artífices como Durero y Rembrandt, y posteriormente Goya, quien le concedería al grabado su soberanía como pieza testimonial.
De los “estragos de la guerra” para decirlo con palabras del genio español, quien se hace imperativo en varias de las obras expuestas, al exorcismo sugerido por los lances del sueño (bajo el misterioso dominio de Hipnos, el perturbador hermano gemelo de Tánatos), varios de los artistas expresan o resisten un tiempo aciago que se ha abatido sobre el país latinoamericano, y hay incluso algunos que encuentran su expresión bajo el signo de Dionisos, el trágico dios que sabía bailar.
Sabemos por La poética de Aristóteles que la catarsis es el objetivo de la Tragedia y el sufrimiento de los personajes tiene por fin la purificación de las cruentas pasiones del espectador, y es así como plegados a esa consigna milenaria, algunos de los artistas colombianos invitados a la presente exposición, plasman el horror del tiempo que les ha correspondido vivir, donde los éxodos, torturas y asesinatos son representados para que la culpa colectiva sea expiada; pero también observamos cómo otros de los participantes proponen la interrogación del deseo y el misterio de lo onírico, fuerzas en pugna con el reino de la muerte.
Gramática del horror, formulaciones fantasiosas y reminiscencias carnavalescas, componen entonces el múltiple universo exhibido, por los creadores convocados a esta necesaria metamorfosis donde la desgarradura se torna arte vívido.
Aquí el dibujo como exorcismo de la fatalidad, el grabado como herida sublimada en formas perturbadoras; aquí las esplendentes reliquias de un tiempo desolador. 



 Eduardo Esparza: “Visibles 35”. Serigrafía.


En medio de la guerra
Por JorgeTorres-Medina

Después de 60 años de conflicto armado en Colombia, parece que hay una luz que ilumina el camino que no habíamos visto a causa de las sombras del miedo y de la muerte: la Paz.

Hoy aflora la purificación y la mutación a otras maneras de vivir y sentir vitalmente la existencia, en búsqueda de la armonía entre el hombre y la naturaleza. Es así como esta manifestación pictórica de 14 artistas Colombianos que han vivido en medio de la guerra se manifiesta como expresión de un nuevo nacimiento de formas, colores, personajes fundidos desde el pasado en un presente hacia lo renovador del ser en un viaje hacia el futuro.