Un bazar inquietante


Por Hernán Javier Riveros Solórzano
Docente Maestría en Comunicación-Educación, Universidad Distrital, Bogotá

Es un enorme placer encontrar un texto como El bazar de lo efímero. El arte en la cultura del mercado, en donde el poeta, ensayista  y docente universitario Carlos Fajardo Fajardo entrega el resultado de un largo proceso investigativo, de recopilación de información y de análisis en campo, de los objetos, manifestaciones y expresiones que pueblan el panorama estético actual y que configuran un bazar de lo efímero, una serie de sublimes nuevos y unas sensibilidades enmarcadas en un contexto de consumo y de velocidad, en donde el arte ha pasado de la rebelión a la conformidad, de la oscuridad al neón de los anuncios y frente al que la tesis que se defiende a lo largo del libro se convierte en una realidad innegable en donde se ha pasado del interés al show o como señala nuestro autor, “del gusto por lo interesante estético burgués se ha pasado al gusto por lo impactante y espectacularizado global y posindustrial”.
Enmarcado entonces desde esta tesis, el libro nos plantea un interesante recorrido audiovisual y digital, por el panorama de lo estético y sus transformaciones. Una nueva sensibilidad y diferentes búsquedas en las que el Aura ya no es la misma y de igual modo el papel del artista ha ido cambiando conforme las vanguardias se han agotado y los grandes proyectos modernos se han desvanecido por causa de su propio peso en una era de liquidez, Narcisos y Faustos. Así, en las artes es analizado por parte del autor, ese cambio, las ausencias que plantean estos nuevos horizontes estéticos y la pérdida del carácter  político (que nunca debe ser confundido con politizador o panfletario) del artista y su función como observador, o como señalaba Camus, francotirador que apunta a nuestra compleja realidad humana.
De este modo, destaca la manera en que Carlos Fajardo Fajardo logra contemplar esta mutación y expresarla de manera contundente cuando señala, dentro de las páginas que componen su investigación, la forma en que ya no existen esas inquietudes ni esas zozobras del artista moderno, sino otras persecuciones y si se quiere, un derrumbe de la motivación del artista enmarcado en el conocimiento de la vida que confiere la palabra, el trazo o la imaginación creadora, así nos entrega valiosos apartados como el siguiente: “La desaparición de los planteamientos teóricos esencialistas, metafísicos, éticos y políticos del arte de vanguardia es evidente. Por lo mismo, en algunos casos, nos enfrentamos, entonces, a búsquedas estéticas sin ninguna petición teórica ni utópica, despolitizadas e inundadas de discursos permisivos más que subversivos.”
Así, el texto plantea la forma en que la actividad estética muta, es otra, es diferente y por tanto es necesario pensar en sus características, en los relajamientos y cambios que pretende, en las nuevas formas que explora y en los contactos que posibilita ante un escenario completamente distinto, en donde los papeles de los creadores y los receptores no son los mismos y generan un panorama inquietante y desafiante para la construcción de las sensibilidades y las posibilidades de las artes en un tiempo ciber y veloz como el de hoy y donde preocupan asuntos como estos cambios, que como lo señala nuestro autor, “provoca una relajación del juicio de gusto crítico, independiente, y de diferencia activa. Como resultado tenemos que la actividad creadora se confunde con lo eficaz, lo eficiente, lo novedoso sin peligro alguno, y se impone la racionalidad pragmática, utilitarista y positivista como nuevos principios del artista estetizado.”
Este libro es entonces, una gran investigación, pero también una invitación a mirar y mirarnos desde el arte y los desafíos e inquietudes de un tiempo de bazar, de turismo y de velocidad, en donde el llamado por Bauman avión sin piloto de la Modernidad líquida no nos deja sino la posibilidad de continuar construyendo investigación, mirada crítica y posibilidades para que desde el campo Comunicación-Educación y desde otros campos podamos consolidar las sensibilidades que recuperen lo humano y lo entiendan desde una levedad creativa, esa a la que nos llama Calvino y que subyace a las búsquedas perdidas y convocadas por este proceso investigativo que el poeta y profesor Fajardo nos entrega en este libro, que es un fiel testimonio y lucha de ese intelectual que aún busca, se inquieta y se preocupa en medio de las burocracias y las angustias de hoy, en donde se cuadricula la vida  en vez de vivirla y en donde se diseña en vez de hacerse el amor.

Es necesario de este modo empezar a adentrarse en la lectura de este texto, entregarse a su contemplación profunda, a entrar en sus páginas, sus fotografías y su soporte digital, para tener la posibilidad de mirar en los desafíos que hoy nos salen al encuentro, que nos inquietan y nos desbordan y que sobre todo se plantean como un reto al mañana y al pasado mañana, en donde las artes –ojalá – tengan la opción de seguir siendo una voz que se levanta, que habla con melodías propias y no parte del coro del carnaval del espectáculo, sino ese doble paródico del carnaval bajtiniano, en el que las mil caras y voces de la estética no eran parte del show, sino la mejor manera de viajar hacia el conocimiento de nosotros mismos y de aquello misterioso que nos hace humanos.