Cartas de los Lectores No. 301 - Oct. 28 de 2013

CONFABULADOS TITÁNICOS: Creo que para muchos de los seguidores de este medio, no pasó desapercibido que llegaran al número 300. En un país como el nuestro donde la mezquindad es el plato fuerte de cada día, ustedes se convierten con su generosidad en un oasis que nos llega con la mística y el desinterés con que lo hacen. Felicitaciones. Juan Gabriel Restrepo F.

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CONFABULADOS: Burocultura. Esto es lo que ha venido ocurriendo solapadamente. La mercachiflación del arte en manos de monos sabios que garantizan a los compradores que están realizando una inversión. Y el "artista", contento, porque recibe un pago, una gratificación. Pero ¿y la belleza, dónde queda? La mirada del otro, el ojo que lee, que mira en libertad, que puede decir si algo le gusta o no ¿está? A veces se piensa que se hace necesario un cierto arbitrio para poner una línea entre lo que sí y lo que no es arte. Por ejemplo, los mecenas medievales, la inclusión de una obra en un templo primero, en un museo luego, en una galería ahora. Y nada de eso garantiza que el arte de un loco que se corta una oreja vaya a darle de comer, aunque se trate del artista cuya obra cotiza más. Burocratizar para decidir no garantiza que la belleza gane la calle. Ahora bien, aún con magros recursos, es posible ofrecer espacios para que obras que serían invisibilizadas por la burocracia y el ojo ciudadano las reciba, las admita, las aprecie o las condene. Hay cientos de metros de muros en nuestras ciudades para convertir en arte, ojos para ver y piernas para recorrer. Ernesto Solari

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ADMIRABLE MÍSTICA: Trescientos números, irradiando permanentemente la cultura, los aconteceres socio políticos del país y abriendo múltiples espacios a todas las manifestaciones artísticas, son una cuota muy alta en la que se nota su generoso desvelo por las letras. Felicitaciones ¡Confabulados! Hilda María Aristizábal Estrada

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CARTA DE LOS ARTISTAS: Confabulados, me adhiero a la carta firmada por los artistas, publicada en el número anterior,  donde muestran su malestar a causa de los manejos de la cultura oficial. Luis Alberto Manrique.