Cartas de los Lectores No. 334 - Julio 7 de 2014

SOBRE UNA CON-FABULACIÓN PERSEGUIDA. Estamos los intelectuales colombianos ante la enorme y difícil tarea de hacer un país, la verdadera patria con equidad, con la presencia viva de todos los sectores sociales hasta ahora marginados. Recuerda a la llamada Generación del 98 cuando entendieron que debían bajar de la España falsa creada por el patrioterismo y la intolerancia y hacer a pié la verdadera España, reconocerla en su diversidad, en el vigor de sus tradiciones populares, única manera de devolver significado a la palabra, de adentrarse en la exigencia de la libertad. Esta es la tarea nuestra y es la tarea que contra viento y marea ha llevado Con-Fabulación adelante con amor y el rigor necesario. Darío Ruiz Gómez, poeta colombiano

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LOS HÉROES EN COLOMBIA. Los héroes en Colombia no son los futbolistas como dicen los monopolios de la información, mucho menos cuando ni siquiera quedaron entre los cuatro mejores equipos. Los héroes en Colombia son: Antonio Nariño, Simón Bolívar… y unos cuantos defensores de los derechos humanos, y algunos escritores y artistas que mueren de hambre realizando sus obras que testimonian nuestro trágico acontecer. Lo de la selección es el más vulgar patriotismo. Mario Colmenares.

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EL FANATISMO COLOMBIANO. Con asombro hemos visto por televisión imágenes de las 100 mil personas que acudieron al homenaje rendido a la selección de fútbol que sólo comprueba una vez más la pobreza deportiva de nuestro país, pues como dicen: “jugaron como nunca y perdieron como siempre”. Me impresiona el poder de los medios que llevaban a la gente a pensar que Colombia merecía ganar el partido contra Brasil cuando el arquero del pentacampeón del mundo jamás tocó el balón en todo el partido. Eso somos, un pueblo fanático, cuyo patriotismo sólo alcanza para el fútbol, pero nunca para hacer más pacífico y vivible nuestro país. ¡Viva Costa Rica! Juan Carlos Sepúlveda.

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¿Y NEYMAR? Vergonzosa la actitud del jugador Zúñiga, quien después de arrasar a Neymar ni siquiera pidió ayuda médica. Aunque es verdad que la jugada no fue malintencionada es obvio que fue el producto de una gran imprudencia, pues no tenía por qué cometer una falta tan agresiva en la mitad del campo. Como estamos en un país donde los medios de comunicación han exacerbado el fundamentalismo se leen por Internet mensajes de hinchas colombianos elogiando a Zúñiga por la lesión del astro, en vez de preocuparse por la salud del brasilero, ante todo, pues lo que se disputa en Brasil es apenas un juego, como cualquier otro, sin importancia trascendente. Alba Lucía Ramírez, filósofa.

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