Cartas de los Lectores No. 315 - Feb. 24 de 2014


ATENTADO A AÍDA AVELLA. Hundido en el nihilismo más absoluto, yo pregunto ¿qué pasó con nuestro instinto natural y esencial de indignación, con nuestra identidad, con nuestra humanidad? ¿Dónde quedó Rodia Romanovich Raskolnikov con su voluntad de ética absoluta, su indignación inegociable? ¿A qué narcótico nos condujo el genocidio, el magnicidio y el homicidio, pan de cada día? (de hecho esa es nuestra "com-unión" permanente) ¿La cultura (el espíritu de un pueblo) también murió con nosotros? ¿Nuestra única solidaridad? La indiferencia o, como mucho, el goce por la desgracia ajena; esa envidia que nunca descanza. El suicidio filantrópico por compasión seguirá siendo la salida más digna. Por fortuna tengo a mi lado tres libros que nunca dejan de acompañarme: en las cimas de la desesperación de Cioran, el anti-cristo de Nietzsche y Justine del Marqués de Sade. Juan Carlos Arboleda, cantautor

* * *
MAGNÍFICA CRÓNICA la de Gonzalo Márquez Cristo que combina la pericia narrativa con la evocación literaria, el paisaje de la cultura griega y su exaltación intelectual. En verdad es la escritura y lectura de unas páginas que como todo producto literario de estas características posee los rasgos de una realidad tornada ficción gracias a la voluntad de recrear el legado del origen de la cultura occidental en su tramado griego. Francisco Sánchez Jiménez, escritor colombiano

* * *
EL COLOR DEL EGEO. Leí con gran alegría el trasegar de Márquez Cristo por las aguas y tierras de Grecia, tierra que venero y que desde largos años es mi lugar de retiro para escribir. Me encanta el tono altamente cultista de ese cuaderno de bitácora, donde el humor se cuela por los resquicios de la sabiduría. Enviaré una pequeña muestra de mi reciente libro El color del Egeo, el cual no ha visto todavía edición en español, pero que saldrá en italiano en Venecia (Editorial Sinopia) este próximo abril, y ya se prepara su edición en griego. Este libro fue escrito en su mayor parte en la isla de Ikaría, desde la cual se puede ver Samos, como la vio Gonzalo en su peregrinar a Creta. Ojalá lo encuentren digno del enorme caudal de lectores de Con-Fabulación.  Armando Romero, ensayista y narrador colombiano


Respuesta:Esperamos el fragmento de tu libro para irradiarlo a los confabulados.