La Guayaba de Pascal: Ensayos


PRÓLOGO

Por Armando Rojas Guardia*

Alguna vez escribí que «el ensayo es la fiesta subjetiva de la conceptualidad». En efecto, en la prosa ensayística el autor está comprometido subjetiva, psíquica y espiritualmente  con su texto. Por eso mismo, la voz personal del ensayista se escucha de manera omnipresente en la aproximación tentativa, a veces zigzagueante, a la verdad en la que consiste ese género literario inventado por Montaigne hace seis siglos. Se trata, por definición, de un género radicalmente antidogmático, perspectivista, ajeno por completo a las afirmaciones apodícticas y al tono profesoral de quien desea «sentar cátedra»  y dar lecciones al prójimo. Dentro de él, un cuerpo personal se escribe, delatando las zonas  erógenas de su carne intelectual. Pretende articular una determinada experiencia individual ―humana o estética― con la reflexión  conceptual que extrae de ella consecuencias intelectuales y, más ampliamente, espirituales.
El libro que ahora  tiene el lector entre las manos constituye una antología  de los mejores ensayos escritos a lo largo de un taller que, bajo mi dirección, hemos realizado en Caracas desde hace varios años. Hemos estudiado y analizado los textos ensayísticos de algunos de los más trascendentes ensayistas de la historia literaria occidental (también. por supuesto, hispanoamericana y venezolana), e, igualmente, leemos durante cada sesión del taller los textos que los mismos integrantes de él han escrito para dar cuenta de sus destrezas particulares ―y a menudo recién adquiridas― como creadores.
Este taller de ensayo es una de las más felices y entrañables experiencias de mi vida intelectual y docente. Se trata de una verdadera comunidad intelectual: un grupo de amigos que, todos los martes a las 6 pm nos reunimos para estudiar, reflexionar,  opinar y  comentar textos propios y ajenos impulsados por el deseo de solidificar una vocación literaria y estar a la altura de sus exigencias. Es una amistad que roza ya la fraternidad, pero la camaradería no ha coartado nunca el rigor con el que valoramos el escrito de un compañero, el desapego crítico y la objetividad con los que juzgamos su aporte. Me complace percibir nítidamente cómo se han desarrollado y madurado las destrezas particulares, a las que antes me refería, cómo ha crecido la estatura literaria de cada uno, producto del tesón y el esfuerzo que han puesto en la tarea de escribir siempre mejor.
Ahora hemos tomado la iniciativa de compartir con un público más amplio los frutos de esta experiencia de aprendizaje y escritura. Aquí encontrará el lector, esperamos que para su deleite estético, la vigorosa prosa de Elsy, el tenor lírico de Vilma, la delicada asertividad de Norma, la brillantez expositiva de Omar, la solidez y el peso argumentativo de Ramón, la capacidad asociativa de Luisa Helena, la disciplina espontaneidad de Claudia y el talento para la plasticidad narrativa de José.
Al dar a conocer estos ensayos queremos que el lector se haga copartícipe de nuestra aventura intelectual  y nuestro vocacional  desafío: contribuir, desde nuestro modesto pero decidido aporte, a la cultura venezolana.


*Poeta y ensayista venezolano de gran reconocimiento